En la ribera de aquel río,
quedaron adormecidos
nuestros sueños.
En el piedemonte,
se escuchan los cánticos
de los puentes amarillos,
de ocres impregnando la epidermis.
En aquel algarrobo,
los duendes y los bichitos de luz,
se entre duermen,
mientras los ruiseñores,
les inventan leyendas
del monte profundo,
de yuyos con miel...
quedaron adormecidos
nuestros sueños.
En el piedemonte,
se escuchan los cánticos
de los puentes amarillos,
de ocres impregnando la epidermis.
En aquel algarrobo,
los duendes y los bichitos de luz,
se entre duermen,
mientras los ruiseñores,
les inventan leyendas
del monte profundo,
de yuyos con miel...