En el periplo de los días,
tu sombra revolotea entre las enredaderas,
inventa nuevas formas de fusión con los jacarandás
y les conversa a los grillos del lugar.
Tu imagen descolorida se refleja en la
ventana,
se acerca lentamente donde yace mi cuerpo
y juega con algún recuerdo que aparece de repente.
Los espasmos de vos,
calan los huesos deshechos,
malheridos, náufragos.
Hacen vibrar la sangre que brota
desde todas las extremidades
hacia la epidermis.