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Desde mi viaje a Cuba, que ya hace casi cinco meses, esbocé palabras, algunas las dejé intactas, varios fragmentos desordenados quedaron en el malecón habanero, otros muchos en innumerables recuerdos y alguna canción de Silvio recurrente que revolotea por la casa. No fue necesario dejar nada finalizado, al contrario, todos los fragmentos empiezan hablando de mis días allá, pero ninguno tiene un cierre, como si eso fuera un pretexto para volver una y otra vez.  Quizás lo más acabado que haya escrito en este último tiempo, hayan sido unos versos sobre Walsh y sobre vos, como si los dos se encontrarán en La Habana y la recorrieran por completo. Seguramente compartirían un café o una cerveza bien fría en plena Habana vieja. Caminarían por Plaza de Armas y de fondo sonaría un son cubano, hojearían los libros de la feria, y a lo mejor, se llevarían varios para su Argentina natal. Luego de eso, se sentarían en un barcito de la Plaza de Armas, allí Rodolfo te comentaría con precisión sobr
Hace días me tomé la ineludible tarea de recolectar, archivar y sistematizar, cada frase, verso, canción, poema, escrito por mí para vos, o escrito en definitiva, para mí también. Revisé primero, una agenda rosa, que suelo recurrir a ella bastante seguido, pero recordé que no escribí sobre aquella vez cuando viniste a tomar mates a casa, en un intento fallido de visitar Villa El Libertador, en un intento fallido de ir a una obra que no fue, que se quedó a la espera de ser vis ta.  Luego de revisar, una y otra vez esa agenda, busqué el celular, ahí escribo cuando voy en el colectivo o cuando surge la inspiración, casi siempre antes de dormir. Después, me acordé, que no pude escribir sobre mis miradas, sobre mis miedos. Sobre todas las veces que deseé abrazarte o decirte algo inesperadamente.  Intenté retrotraerme, en algún lugar había dejado que el tiempo se detuviera en esos momentos, para volver a ellos, una y otra vez. Una imagen apareció de repente, aquella vez que fuimos a

Reconstrucción de mi premonitoria muerte.

Estoy acribillado entre la esquina de las calles San Juan y Entre Ríos, deseando que alguien recoja mi alma y esos versos que llevo en el maletín. Se escuchan disparos y yazgo en el suelo, caigo lentamente y ese intrépido no permite que saque la pastilla de cianuro. Si, como usted lee, la pastilla de cianuro, aquella que nos da la libertad, de nosotros mismos, de elegir hasta donde vivir. [1] Camino apresurado, me escabullo entre la multitud, nadie sospecha de mi. Nombre: Norberto Pedro Freyre.  Edad: 50 años.  Profesión: Periodista, ensayista, escritor. Tengo una misión que cumplir este 25 de marzo, llevo un mensaje, una carta a la Junta Militar. [2] Estoy acribillado en el barrio de Constitución y una patota me levanta malherido. No logro reaccionar, sólo pienso en mi misión, que llegue la carta a la cúpula militar. Y un recuerdo me invade, es su rostro, el rostro de ella, de Hilda, el nombre de guerra que habías elegido. Tu vida querida Vicky, pasa ante mis o
Yo sabía que si borraba cada verso, cada rima que revoloteaba por ahí, iba a dejar una parte de mi, iba a dejar mi corazón, como aquella tarde de otoño. Me preguntó si quería que lo acompañara al banco, contesté estrepitosamente que me quedaba afuera esperándolo (tantas veces lo esperé y el nunca regresó). Le sonreí antes que llorar. Pero quería una vez más que me abrazara, que no dejara mi corazón en la puerta del banco. Yo sabía que si borraba cada verso, el alma se me iba a envejecer un poco más y mis versos estarían desorientados,perdidos, me buscarían por las calles que los dejé ir, preguntarían por mí, (ya se habían acostumbrado de mi compañía). Pero yo, ya nos los quería, quería que volarán, que tuvieran otras palabras, nuevas rimas, distintas a las inventadas en las tardes de invierno. Mis versos ya estaban cansados de buscar adjetivos a su recuerdo,y ya no querían recordar este día de otoño, en el que yo, los buscaba desesperadamente, mientras él, me preguntaba si que
Tierra: Femenino, del latín Terra. Porción de la superficie terrestre que no está cubierta por masa líquida. Porción de la superficie terrestre donde se cultiva alimentos. Para nosotrxs la tierra, es donde surge la vida, de donde venimos y hacia dónde iremos. Para nosotrxs, hijas e hijos de la tierra, la tierra es el lugar donde habitamos, donde construimos nuestros sueños. Nosotrxs, que venimos de ella, luchamos para protegerla, para defenderla de aquellxs que la ven como un negociado, como mera mercancía. Aquellxs, lxs de arriba, la delimitan, la contaminan, la despojan, la saquean, hasta extraerle lo más mínimo, hasta aquello que no puede ser lucrado.
Preferí callar, que el silencio me invadiera, que tomara la forma de miradas distantes, lejanas de ese espacio-tiempo. Preferí escuchar, con absoluta precisión, quizás en algún rastro de luz, de aire otoñal, estaría la respuesta. Estalló en mí, la cómplice soledad y el silencio cubrió cada una de mis arterias. Las pulsaciones cobraron su ritmo normal y mi cuerpo se desplazó, buscó nuevas formas para no ser este cascarón maltrecho.
Día uno, día de la pachamama, nuestra madre tierra nos encuentra. Primeros acercamientos. Junto con ella,   el viento sur   le susurra sus secretos. Agosto tiene nuevos cambios. El Inti Raymi nos sonríe,   nos da fuerza para seguir caminando. 1 de Agosto de 2015.