Me hubiese encantado que vinieras a buscarme.
Me hubiese encantado sentir tu cuerpo con el mío.
Me hubiese encantado sentir tu presencia,tus cálidas palabras.
Pero nada de eso pasó.
No te pude encontrar en el mismo lugar de siempre. No te pude encontrar a la hora del té,cuando el sol se despide. No te pude encontrar en las calles recorridas.
Le pregunté a la loca de La Cañada si había oído tus pasos y nada contestó.
Te busqué entre las hojas de otoño,
quizás te habías quedado ahí esperando que viniera el invierno.
Te busqué en mis innumerables escritos,
quizás te había gustado ese lugar.
Esa forma, ser solo palabras y sólo a veces poesía.
Y buscando,socavando,te encontré ahí,dormido.
Ahí te encontrabas todo este eterno tiempo.
Sumergido en los relojes del pasado,
donde tu presencia era esencia.
10 de Agosto de 2013.
Pero nada de eso pasó.
No te pude encontrar en el mismo lugar de siempre. No te pude encontrar a la hora del té,cuando el sol se despide. No te pude encontrar en las calles recorridas.
Foto: Gabriela Verzino |
10 de Agosto de 2013.