Quizás el olvido jugaba lentamente, se asomaba despacito por la ventana al amanecer, y hacía que poco a poco aquel intenso dolor desapareciera. Quizás el olvido, se asomaba entre los días domingos, no recordaba sus manos, pequeños dedos de niño dormido. Quizás el olvido, se asomaba en nuevos besos- sin amor- se asomaba en otros brazos, buscando los suyos que estaban tan lejanos de ella. 14 de Febrero de 2014